Андрей Аршавин, Arshavin

Andréi Sergéyevich Arshavin (Андрей Аршавин) , es un eterno abonado al club de la incontinencia verbal. El Ruso vive en el filo de la navaja, y de vez en cuando cae en las nido de su ego. El delantero, abre el pico y vomita declaraciones altisonantes. Aparte, mejor dicho, sobre todo: juega al fútbol como pocos, mas bien, como casi nadie.
Un pequeño con madera de crack, que fue abandonado por su padre en Leningrado, y comenzó a jugar a los siete años en la escuela de fútbol de Smena. Sus entrenadores en juveniles lo utilizaban como interior derecho, por lo que les guarda un “cariñoso” recuerdo: “A veces pienso que los entrenadores conocen muy poco de este deporte” sentenció.
A los 10 años de edad, fue víctima de un accidente vial, y salió despedido diez metros a través del parabrisas del auto, “yo estaba cruzando la calle cuando de repente apareció un coche que me golpeó. Fui volando diez metros por el aire. La verdad es que fue un milagro que aún esté vivo".
En su adolescencia, se matriculó en la facultad de Tecnología y Diseño, decantándose, en principio, por la tecnología química. Pronto cambió las moléculas por las máquinas de coser. El motivo, bien sencillo. "Cuando cumplí 17 años tenía que escoger en qué facultad me iba a matricular. Mis amigos y yo decidimos tirar por el instituto de tecnología y diseño porque había muchísimas chicas entre los estudiantes y no había que estudiar demasiado". En la actualidad, es dueño de una diseñadora de indumentaria femenina en Rusia.
A los 10 años de edad, fue víctima de un accidente vial, y salió despedido diez metros a través del parabrisas del auto, “yo estaba cruzando la calle cuando de repente apareció un coche que me golpeó. Fui volando diez metros por el aire. La verdad es que fue un milagro que aún esté vivo".
En su adolescencia, se matriculó en la facultad de Tecnología y Diseño, decantándose, en principio, por la tecnología química. Pronto cambió las moléculas por las máquinas de coser. El motivo, bien sencillo. "Cuando cumplí 17 años tenía que escoger en qué facultad me iba a matricular. Mis amigos y yo decidimos tirar por el instituto de tecnología y diseño porque había muchísimas chicas entre los estudiantes y no había que estudiar demasiado". En la actualidad, es dueño de una diseñadora de indumentaria femenina en Rusia.
Con el tiempo, aterrizo como un meteorito fulgurante en el mapamundi fútbolero. Arshavin, cuenta que impulso un motín rimbombante llamado Zenit, un grupo de jóvenes reclutas que tiene a la gasera Gazprom como madre, y al dinero como hermano. Aquel equipo, que emergió de entre la nieve de Saint Petersburgo, gano la Copa UEFA y la Supercopa en 2008. Entonces, Arshavin se presento en sociedad como un enano gigante y maldito.
Al tiempo, desato una revolución rusa en la Eurocopa, y junto al sabor del Vodka, reventó todos los pronósticos. La selección de Rusia, dirigida por Guss Hiddink, avanzo hasta las semifinales. Una convulsión de fútbol, que reto a los pesos pesados de Europa al cuadrilátero de su futuro. Nada paso. Mas de un “grande” se espanto cuando indago en las pretensiones de su traspaso, y mas aun, en el estratosférico contrato de Arshavin.”llámame, Barca” manifestó en esos días. Al final, como lo caro resulta barato, Arsène Wenger, se rasco los bolsillos, y lo ficho por Arsenal en 13 millones de libras esterlinas. No pudo jugar la Champions, y los gunners llegaron cuartos en la Premier League, pero Andrei le contara a sus nietos que marco cuatro tantos a Livepool en el templo de Anfield Road. Aquel día, recibió un guiño de Júpiter, y una caricia de Venus. Андрей Аршавин - versión 4.0 -, desde entonces viaja en la primera clase.
Al tiempo, desato una revolución rusa en la Eurocopa, y junto al sabor del Vodka, reventó todos los pronósticos. La selección de Rusia, dirigida por Guss Hiddink, avanzo hasta las semifinales. Una convulsión de fútbol, que reto a los pesos pesados de Europa al cuadrilátero de su futuro. Nada paso. Mas de un “grande” se espanto cuando indago en las pretensiones de su traspaso, y mas aun, en el estratosférico contrato de Arshavin.”llámame, Barca” manifestó en esos días. Al final, como lo caro resulta barato, Arsène Wenger, se rasco los bolsillos, y lo ficho por Arsenal en 13 millones de libras esterlinas. No pudo jugar la Champions, y los gunners llegaron cuartos en la Premier League, pero Andrei le contara a sus nietos que marco cuatro tantos a Livepool en el templo de Anfield Road. Aquel día, recibió un guiño de Júpiter, y una caricia de Venus. Андрей Аршавин - versión 4.0 -, desde entonces viaja en la primera clase.
Ahora mismo, vive en Londres junto a su pareja Yulia (locutora de radio) con la que no está casado pero a la que llama "esposa", y con sus dos hijos, Ayrton y Yulia, de tres años y nueve meses. Además, se pasea en “un grande y cómodo” Mercedes GL class.
Arshavin es un diablo del tamaño de pulgarcito, con una habilidad rutilante. Padece de intermitencia, irregularidad, y un talento díscolo. Pero con el en el campo, el resto es un salón de baile. Sus piernas se mueven a la velocidad de la luz, y es capaz de voltear moscas rematando cañonazos. Quien lo haya visto jugar, sabe que no es el mejor del mundo, y quizás tampoco reviente el podio de megacracks. Pero, es un futbolista que irrumpe de manera chispeante y acaba por crear adicción en el espectador. De esos malcriados que nos hacen bendecir este deporte, y nos impide apartar los ojos de sus gambetas.
En Las Islas, ya sorprendió al asegurar que tampoco ha tenido problemas en ventilar sus excentricidades, calificar como “odiosa” a la comida inglesa, o hacer volar a un peluquero desde San Petersburgo a Londres para que arreglue su cabello. En 2007 escribió su autobiografía, titulada “555 Preguntas y Respuestas sobre Mujeres, Dinero, Política y Fútbol”, donde comenta que “una mujer y un hombre son dos criaturas absolutamente diferentes”, que tiene un miedo crónico a la oscuridad y a las profundidades del océano "por las criaturas que allí se esconden".
Arshavin posee una contagiosa y simpática anarquía que engancha, y sus palabras provocan bullicio. También opina sobre las mujeres, “Me gustan las mujeres altas y esbeltas, con muslos estrechos y poca grasa. Si una mujer es así, no presto atención a sus pechos...detesto a las mujeres que fuman y a las que mienten”. Agregó “El color del cabello no importa. Lo que realmente interesa es su estilo y su forma de comportarse". También reparte para la Seguridad vial en Inglaterra "Tendrían que prohibir que las mujeres condujeran...Si estuviera en mi poder incluir una prohibición para que las mujeres manejaran y retirarles todas sus licencias lo haría sin pensarlo dos veces "
En ultima, aconseja a sus compatriotas, "Mi advertencia al resto de rusos que vayan a llegar a Inglaterra este verano, es importante entender al detalle cuánto dinero vas a ganar y qué impuestos vas a tener que pagar para que no se encuentren con sorpresas tan desagradables como las que me he llevado ahora", haciendo referencia a la decisión del Gobierno de Gordon Brown de aumentar al cincuenta por ciento la tasa fiscal que deben pagar todos aquellos cuyos ingresos superen los 170.000 euros al año (en Rusia tributa sólo un 13%). Tras dicha medida, Arshavin ha pasado a ganar 45.000 euros a la semana. "Estoy ganando menos dinero de lo esperado. No es una situación crítica, pero hay que arreglarla. Mi agente lo solucionará con el club”. Y Resumió “Creo que merezco un aumento”.
Tan incorregible en el césped, como fuera, Arshavin saca los pies del tiesto una y otra vez. El ruso, seduce por benigno y maligno. Por diestro, y siniestro. Porque, al final, Андрей Аршавин, es un genuino petizo orejudo.
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