Sobre el Fútbol, el Kitsch o la Mierda.


En La Insoportable Levedad del Ser, Milán Kundera escribe “La mierda es un problema teológico más complejo que el mal. Dios les dio a los hombres la libertad y al cabo no es responsable de los crímenes humanos. Pero el único responsable de la mierda es aquel que creó al hombre - Dios? - (...) desde niño comprendí la incompatibilidad entre la mierda y Dios y, de ahí, cuán dudosa resulta la tesis básica de la antropología cristiana según la cual el hombre fue creado a imagen y semejanza de Dios. Una de dos: o el hombre fue creado a semejanza de Dios y entonces Dios tiene tripas, o Dios no tiene tripas y entonces el hombre no se le parece”. Acaso Dios, ¿Come, bebe, se llena pero no defeca?

La defecación es un instante inaceptable en la Biblia, y por eso la Mierda es un exclusivo momento de acción solitaria. El hombre deshumaniza su naturaleza mas humana. Dice Kundera “Una de dos: o la mierda es aceptable (¡y entonces no cerremos la puerta del baño!), o hemos sido creados de un modo inaceptable”, y añade “la mierda es negada y todos se comportan como si no existiese”. Claro esta, existe. Negar la mierda, y solo jactarse de su universal presencia mediante su aroma, es una norma de conducta que suprime lo inadmisible de la Creación. Este ideal estético anti-materia fecal se conoce desde mediados del siglo XIX como kitsch. “el kitsch es la negación absoluta de la mierda”. El fútbol es una Mierda, o mejor dicho esta gobernado por hombres-mierda. Todos lo niegan. Pero, ¿Qué diferencia hay entre la mierda que es en tanto tal, la mierda que manda o la mierda que obedece? Pues, ninguna. La misma mierda, estas y aquellas; solo que al parecer ahora ha cambiado su aroma.

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