Paul Scholes

Los homenajes se deben hacer en vida, y aun futbolista mientras corra el pasto. Esta temporada será la ultima de Paul Aarón Scholes, el colorado de Salford dejara el fútbol, y el mundo injusto y estrellado solo recordara que es asmático

Dejara la impresión de nunca haber echo demasiado. En primer lugar, porque es uno de esos hombres que entienden que es bueno ser importante, pero mas importante es ser bueno. Debuto en Manchester United en la temporada 1994/95, y honro a la Roja en 586 oportunidades. Pero el Hechizero de Old Trafford tubo la desgracia de sobrevivir inundado en grandes olas, que le hicieron sombra e intentaron voltearlo pero jamás lo taparon. 

En los Red Devils, bajo las alas falsas de Beckham y Van Nistelrooy en el pasado, y en el presente tras la marca registrada: C.Ronaldo. En la selección, en las sombras de arboles podados como Owen, Lampard y Gerrard.

Scholes siempre fue capaz de hacer todo y jugar de todo, un todoterreno de veras y no de plástico. El palido de 34 años siempre a estado, a resistido a todos los acribillos tácticos, y a todas las posiciones fantasma. En calificación es alumno perfecto, es asistente de cátedra de Sir Alex Fergusson, tiene carnet para ser Top. Pero no lo acepta, no es su tipo, lo rechaza, lo rompe y lo quiebra.

“El jugador que mas me sorprendió cuando llegue a Manchester fue Scholes” Juan Sebastián Veron. “Es el motor del equipo, con una personalidad y una calidad increíble” Carlos Tevez.

En pocas palabras porque el NUMBER 18, es capaz de la fácil, la difícil y la imposible. Tiene precisión de cirujano y maneras de arquitecto –dixit Hacha Urrutia- corta, se arroja, recibe, razona, practica y patea. Tiene el cerebro prodigio, pero no se le bautizo como tal. 
Paul, cometió un solo error en su carrera, hacer todo perfecto, pero nada publicarlo, realizar todo tan rápido que los distraídos no notaron, y los atentos no destacaron. 
Silent Hero, el héroe silencioso es su carta de presentación. Es solidario, coordinado, duro, eficaz, valiente, y por sobre todas las cosas brillante.

Scholes examina como una maquina al contrario, realiza el quiete, sale jugando, da pases de ensueño, milimétricos. Y tiene una bomba siempre activa en el pie derecho.

La alfombra verde y los tapetes colorados del teatro de los sueños lo colgaran de las nubes y lo recordaran como alguien sin glamour, pero con trabajo, un obrero en tiempos de vacas delgadas. Una vaca casi sagrada, en años donde es tarea de arqueólogo encontrar un espécimen creado en tu academia, que sienta tu camiseta, bese tu escudo, y respete la historia y las formas. En mi opinión, 2009 marcara con bisturí el adiós del mejor mediocampista ingles de ultima década. Pero lo que para Scholes fue una solución para los demás un problema, no pide ni pelea. Piensa, ejecuta y juega.