Borges: "en un futuro se transmitirán partidos virtuales que nunca se jugaron"

Borges no fue un virtuoso futbolista. Pero, sí sutil: “en un futuro se transmitirán partidos virtuales que nunca se jugaron”, escribió. Aquel pozo temeroso en el que Borges hundió al fútbol hoy no parece tan lejano. Porque los des-estructurantes procesos de mercantilización en el deporte colaboraron con la desnaturalización del juego. La hiper maximización del espectáculo hizo posible “la revolución europeizante de la Champions”. La intensiva globalización posibilito la (des) truccion de las identidades populares y los imaginario colectivos. Lo simbólico cae, como un rayo, como una gota del pasado que inunda la tierra de los hinchas. Se pierde, se vuelve indivisible entre puntos de fuga que permiten el espanto. La transnacionalizacion clava sus puñales en el centro de la desnacionalización.


Aquel tradicional triunfo territorial tiende un puente con "la nuestra". El fútbol, cierta vez funciono como eje interpelado para la construcción de una “comunidad imaginada” en la Argentina. Pero ya nada corre al mismo ritmo. Los agentes de mercadotecnia incitan a la vida a que se consuma en un consumo consumista: La voluptosidad de las telecomunicaciones. La “exaltación de la minucia”. La extracción del fútbol, la expulsión de lo plebeyo, la pasión libidinal se funde en un laberinto sin salida. Si el fútbol sirvió alguna vez como aglutinante de sentido, si se trato de la consecuencia necesaria de los mecanismos representativos de la sociedad moderna, si en cierto tiempo, fue fácil, cálido y democrático. Si alguna vez fue, ya no lo es. Pluma y tinta en el presente dibujan el grafitii en el que mueren "los meta-relatos". Y el fútbol "fue" el relato igualitario de Argentina.


Ahora es un deporte agusano por gusanos con poder. Moribundo. Y esta es la irrupción de lo virtual, el desembarco de La Champions. La expresión de una estafa sin-igual... ¡El ocaso de mis ídolos!




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