Barcelona - Chelsea


En la estación Cataluña, entre mares de amenaza y oleadas de temor, desembarco el titanic ingles. El barco petrolero de Roman Abramovic, una sucursal del dinero. Un imperio moderno.
Mas tarde, tren mediante, llego al templo de Barcelona, el Camp Nou: Templo de misas divinas.
El concierto lo protagonizaría Barcelona. La fila armónica de Guardiola. La música y el balón. La formación que reinvento el fútbol con su Biblia, la única religión que por el momento no presenta ateos.

Pregunta previa, ¿Qué hará Chelsea? Libreta en mano, dibujando indicaciones estratégicas entres cruces y flechas, forjara una coraza de acero y un cerrojo de hierro. Una criatura indomable sin sentimientos. Siempre listo para lanzarse al vuelo ofensivo, y pasar mas rápido que la velocidad de la luz, de aguantar a golpear. Un toque, dos, tres y lanzamiento vertical, destinatario: Didier Drogba.

Guss Hiddink, mago del éxito. Cocino un conjuro de magia negra que debía ser cumplido a rajatabla. Un encuentro caracterizado por la persecución y la marca escalonada, una ecuación táctica diseñada al estilo Pitágoras. Guss, sabia que retar a una milonga al bailarín mas elegante no daría dividendos.

En el otro rincón, Barcelona, armo las filas, apunto los instrumentos, y comenzó su monologo orquestal desde el minuto uno. Los siguientes 94´ no cambiaron. Chelsea, con fuerza inglesa e inteligencia cartesiana, desafino las piezas. Barcelona no enloqueció, pero acabo con mal de parkinson por tanto pase, y poco remate. Y mal de oídos por tanta melodía repetida.

Guss Hiddink diseño un dispositivo de guerra, con circuitos de paciencia, orden, concentración, sacrificio y repliegue sistemático. La bomba de toque y goce de Pep se desactivo.

Los blues fueron 10 San Pedros guardianes que cuidaron todas las entradas al arco británico. Si algo se filtraba Cech lo paraba. El invitado indeseado, planto semillas de sudor en la zona media y una jungla de piernas insuperable. Estampillas de piedra para los diamantes blaugranas en todo el territorio.

Una muralla inglesa diseñada por un arquitecto chino en defensa. En las bandas: Ivanovic fajo a patadas a Henry y Bosingwa planto un piquete en la Ruta 10, corporación Lionel Messi.(atenazado y luego frustrado)
Etoo, el mejor de Barca, lucho sin premio contra dos molinos gigantes, Alex soplaba la ráfaga en primera instancia y John Terry desataba el torbellino.
Una línea defensiva aprueba de rayos X.

La mitad de campo, una disciplina prusiana. Essien, Ballack y Mikel cortaron la correa de distribución entre Xavi e Iniesta.
Ballack vs Iniesta: El alemán dejo sesudo al cerebro. Mikel vs Xavi: El nigeriano desarmo las telarañas de pase del tejedor de Guardiola. Essien, funciono como el comodín de ambos.
En la orilla izquierda, zona de peligro caminada a velocidad cósmica por Daniel Alves, el entrenador visitante encargo la tarea a Malouda. Mas tarde, descolgó a Lampard para la salida rápida, y dejo la arenga solitaria para Drogba, siempre listo para luchar.

Al termino de la primera parte 0-0. La oportunidad con mas luces la vio Drogba. Si...para Chelsea. El delantero marfileño, jamás levanto el mentón y acribillo de un balazo al cuerpo a Victor Valdes, el arquero local se gano el sueldo. Barcelona, anestesiado no pudo generar ni rayos ni centellas.

Al termino de la segunda parte 0-0. Barcelona dejo como un paisaje lunar –lleno de huecos- El fronton defensivo de Chelsea, sin embargo jamás la derribó. Cuando hizo falta, Peter Cech tubo reflejos felinos, y se convirtió en el muchacho de la tapa.

El boleto de vuelta presenta como destino inmediato Londres. La caldera hirviente de Stamford Bridge será el ultimo intervalo antes de llegar a Roma. La primera pagina de las semifinales ya es historia, derramo mas líneas de guerra que poesía, la rabia roquera inglesa subió los desibeles de la dulce sinfonía cule. De Barcelona al gol, una multitud. De Chelsea al gol, años luz.

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