The Rooney 's Game


Manchester United estaba desmoronado. La semana 34º de la Premier League lo encontraba deambulando a mitad de marcha, entre una herida profunda de frustración y el temor ante la casería de Liverpool y Chelsea.


En Old Trafford, teatro de sueños propios y pesadillas ajenas, el United se desplomaba 0-2 ante Tottenham Hotspurs. La partida de ajedrez la protagonizaban los dinosaurios mas longevos de la competición, Sir Alex Fergusson y Harry Redknapp – el hombre de la goma de mascar eterna y el caballero de los mil gestos –

En el primer acto, los Spurs aturdieron a los rojos. Provocaron un cortocircuito en la zona media, hicieron un abismos en los laterales, y las áreas eran tierra de guerra gobernada por los visitantes. Redknapp pacto en su libreta duelos mano a mano en todo el campo. Por derecha, Aarón Lennon electrocutaba la hierba con su velocidad supersónica y Evra quedaba pegado. En la Izquierda, Luka Modric brindaba un concierto y Rafael bailaba a ritmo de las melodías hipnóticas del croata. En el medio centro, Jenas sacaba el bisturí en el corte y Palacios pasaba la escoba al paso. Carrick y Fletcher sentenciados a la guillotina de Harry. En el balón dividido, Tothenham era una trituradora. En ataque, Bent: velocidad pasmosa y Robbie Keane una amenaza cósmica. La línea defensiva, una coraza de acero, un cerrojo imposible de superar. ¿Cristiano Ronaldo y Berbatov? desaparecidos en combate.

Primer Tiempo: Manchester 0 - Tottenham 2


Manchester se fue a las duchas con mucho para ajustar. Irascible, el equipo local daba un resbalón impensado. Fergusson tiro de su biblioteca jurásica, saco una enciclopedia de variantes y acción psicológica, y agito el partido. Acto seguido, hizo salir de arranque a Carlos Tevez – demonio Sudamericano- y a Scholes –demonio Británico-. En el encuentro nada volvería a ser igual. Manchester se volvió un volcán indomable, Old Trafford una caldera hirviente y Tottenham acabo agonizando entre sus propias cenizas.

La primera piedra la coloco Cristiano Ronaldo de penal –regalo hogareño del arbitro-. Wayne Mark Rooney edifico el resto. El jabalí oriundo de Croxtech participo en todos los goles de la heroica remontada de los reds devils. Rooney, el hijo prodigo de Lucifer –el príncipe de los rebeldes- movió la montaña con su carácter y su fútbol arrasador gesto un huracán. El ex Everton juega como vive; Potente, pasional, desordenado, irreverente y sobre todo valiente. El ingles mas sudamericano - infancia cruel criada en los suburbios-, movió las fichas de SU JUEGO (combate de odios y amores similar al fútbol donde siempre triunfa el mas fuerte) y convirtió un 0-2 protagonizado por el susto, en una historia fantastica titulada 5-2 .

Por un terremoto llamado Wayne, el United metió el zarpazo definitivo para llegar planeando sin problemas hacia el campeonato. Wayne Rooney, -un hooligans con pantalones cortos, un boxeador con botines y camiseta, un Apocalipsis para cualquier defensa- tatuó en la piel de Manchester, que en SU JUEGO todo esta al alcance de sus puños destructivos y en la orbita de su pierna derecha.

1 comentarios:

Cari dijo...

te felicito mucho, me siento muy orgulloso de vos...
realmente...
increìble blog, increíble capacidad de anàlisis, siempre envidiada sanamente.
A favoritos, a promocionarlo.
Abrazo grande, a la distancia, de cerca.
Cari!

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