Fernando Peña


Murió Fernando Peña. Murió el puto, tal y como lo habría contado él. Murió el insolente, el provocador, el trasgresor, el maniático, el intolerante, el megalómano, el polémico, el talentoso, el rebelde, el insoportable, el enfermo, el adicto, el maestro. Murió la persona, y con él, el personaje. Murió el genio.
Peña, alguna vez gambeteo y coqueteo con el fútbol, “El fútbol es generador de adicciones y emociones. Lo que produce este deporte está relacionado con la posibilidad que se dan los hombres de expresar un sentimiento de camaradería, que no es usual entre ellos. Como al hombre le cuesta expresar el amor o cariño a otro hombre, un poco se aferra a este deporte para poder expresar lo que comúnmente no puede, y encuentra en el fútbol la excusa perfecta para demostrar más, para estar más con sus amigos, para darles un abrazo.”
“En el fútbol todo vale. Y no es por una cuestión de demostrar virilidad, sino por una cuestión de inhibición, es en el único ámbito en el que el hombre se la puede sacar sin necesidad de complejos y básicamente porque es en grupo”. Y por ultimo apunto “nunca me gustó, siempre fui muy malo y como todo puto siempre jugué en la defensa o de arquero”. Fernando también hizo del fútbol su criatura. Y lo pensó como una pincelada mas de su puto arte. No fue futbolista, pero si así fuese, era un fantástico Numero Diez. Un CRACK.




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